lunes, 20 de enero de 2025

 En enero de 1610 Galileo apuntó hacia el planeta Júpiter aquel primitivo telescopio y encontró cuatro estrellitas orbitando en torno a él. Era la primera vez que se observaba el movimiento orbital en torno a otro cuerpo que no fuese la Tierra o el Sol en pleno cambio de mentalidad hacia el heliocentrismo. Y seguramente, a menos resolución, observaría en alguna ocasión algún tránsito de Io.

Io es el satélite más interno, tiene un tamaño muy similar a nuestra Luna, pero un aspecto totalmente diferente. Aún recuerdo aquel episodio de la serie Cosmos en la que Carl Sagan nos llevaba a este pequeño mundo anaranjado que tenía volcanes activos que expulsaban nubes de azufre. 

Fijaros en la rapidez del movimiento de traslación de Io y su sombra en solo 14 minutos. Muchas veces, cuando salgo en observación visual, vamos rotando rápidamente todos para no perdernos el momento de contacto del satélite con el limbo del planeta. Es algo mágico.



Las estrellas dobles del satélite Hipparcos

 En 1991 el satélite Hipparcos descubrió muchas estrellas dobles. Por lo general eran sistemas débiles y muy cerrados, tanto que habían pasado desapercibidos hasta entonces. Nadie los había visto como dos estrellas. Piensa que hace poco más de 30 años desde su descubrimiento. Ser capaz de desdoblar y de medir uno de estos sistemas desde la azotea de casa es algo siempre sorprendente y que me sigue emocionando.



Júpiter en infrarrojo

 Anoche, después de una sesión de estrellas dobles, cuando subí a cerrar el observatorio, estaba Júpiter justo en su punto más alto. ¿Cómo puede alguien no resistirse a observarlo? La imagen es en el infrarrojo y su aspecto es algo diferente.  Aún así se ve muchísima actividad en las bandas y zonas ecuatoriales.




DE Andromedae, una estrella variable RR Lyrae

 Hay estrellas que laten como un corazón, se expanden y se contraen cíclicamente, modificando su temperatura y por lo tanto también su luminosidad. No deja de ser mágico que desde casa, con nuestros equipos, seamos testigos de estas estrellas pulsantes. Esta curva de luz de DE Andromedae muestra justo eso, el máximo de brillo de la estrella, cuando está más contraída y tiene mayor temperatura. Pertenece al tipo de estrellas variables RR Lyrae descubiertas en 1901 por Williamina Fleming.



Observando enanas marrones: LSR 0602+3910

 Esa estrellita del centro de la imagen señalada por una flecha es peculiar y es que en realidad nunca será una estrella normal, es una enana marrón y jamás llegará a la madurez. Se encuentra en una fase intermedia entre estrella y planeta, con masas y radios muy pequeños y temperaturas muy frías para alcanzar la fusión del hidrógeno que es la que produce la energía necesaria para que brille como una estrella normal. Si la vemos ahora es por la quema del deuterio, un isótopo estable del hidrógeno que necesita temperaturas mucho menores. Pero cuando se acabe el deuterio, la estrella poco a poco se irá apagando.

Esta enana marrón se encuentra a 38 años-luz, brilla con una magnitud 20,88 V y tiene una masa solo 28 veces mayor a la del planeta Júpiter y un radio 1,4 veces mayor. Su temperatura es de solo 1850 K, siendo la estrella más fría que he sido capaz de detectar hasta ahora. Emociona ver con nuestros equipos objetos tan fríos que se descubrieron apenas hace 20 años.



El exoplaneta de la estrella TOI 4145

 TOI 4145 es una estrella anaranjada, algo menos masiva que nuestro Sol, situada a 670 años-luz que alcanza la magnitud 12. En 2023 se descubrió que tiene un exoplaneta gaseoso que orbita en torno a la estrella en apenas 4 días. Este exoplaneta tiene una masa de 0,43 veces la de Júpiter. 

La detección de este tipo de cuerpos se produce porque cuando el planeta pasa por delante de la estrella se produce una disminución de la luminosidad, algo parecido a un minieclipse. En nuestro caso la caída es de 20 milésimas de magnitud y ahí radica la dificultad en detectarlos. Los primeros se descubrieron hace pocas décadas.


Resulta emocionante que desde casa podamos detectar algunos de estos tránsitos de cuerpos aún menores que Júpiter a unas distancias tan elevadas.



SN2024adjp en NGC 7543

 Hace 270 millones de años Pangea era el único continente de la Tierra y tuvo lugar un evento que acabó con dos tercios de la vida vertebrada. En esta época tan remota y caótica, en una galaxia espiral un poco mayor que la nuestra (NGC 7543), una estrella explotó como supernova. Durante todo ese tiempo, su luz ha estado viajando por el espacio, hasta que ha llegado a nosotros en el pasado mes de diciembre. Es la estrellita señalada con un flecha.



La mancha roja (GRS) de Júpiter

 La gran mancha de roja es una enorme tormenta presente en Júpiter que año tras año va disminuyendo en tamaño. Hay imágenes del siglo XIX donde ocupa casi media banda ecuatorial.  A pesar de todo sigue siendo maravilloso observarla, tanto en visual como en fotografía, y disfrutar de las imágenes que nos ofrece el mayor planeta de nuestro sistema solar. Tomada el pasado día 1 de enero estrenando el año astronómico




domingo, 19 de enero de 2025

Visita a Marte

 A 96 millones de km, brillando en la constelación de Cancer, se encuentra Marte. Un planeta bastante más pequeño que la Tierra pero que tiene tanto en común y que tanto ha inspirado a científicos y soñadores. Schiaparelli, uno de los observadores más experimentados y precisos, vio los famosos canali, simplemente líneas sobre el terreno con origen natural. Esta imagen la he tomado con filtro IR Pass en una noche con bastante turbulencia. Adjunto el modelo obtenido por Cartes du Ciel para reconocer formaciones y estructuras de la geografía marciana.



SN2024aeee en NGC 2523

 En 1885 Edward Swift descubrió una bonita galaxia de magnitud 10 en la constelación de la Jirafa. Es una espiral barrada que se encuentra a 169 millones de años-luz y fue catalogada como NGC  2523. Está clasificada como una galaxia peculiar, fijaros en los brazos y en el anillo interno.

El pasado 17 de diciembre Sinichi Ono descubrió una supernova bastante brillante. Para realzar la imagen, otra galaxia espiral de canto (NGC 2523B) aparece en el mismo campo, aunque está bastante más alejada.




SN2024adfy en UGC 1684

 Hace 350 millones de años, en el Carbonífero, los anfibios conquistaron la tierra y pronto evolucionarían hacia los reptiles. Faltaban bastantes millones de años para que dominasen nuestro planeta. Grandes bosques poblaban una primitiva tierra con árboles que llegaban hasta los 40 metros de altura debido a una mayor concentración de oxígeno en la atmósfera. 

 Durante este escenario, en la lejana galaxia UGC 1684, una espiral de la magnitud 14, una estrella llegó a su fin en forma de supernova. Fijaros en la débil estrellita que se encuentra en el interior de un anillo exterior muy delicado que rodea a la galaxia. ¿No es impactante?