viernes, 24 de enero de 2025

Desdoblando a Sirio

 Desdoblar al sistema orbital de la estrella más brillante del cielo detectando a la esquiva Sirio B es uno de los retos más bonitos que tiene el aficionado a las estrellas dobles. Este mes de enero  se encuentra en una posición inmejorable para poder conseguirlo.

En 1860 la Universidad de Mississipi le encargó un objetivo de 18 pulgadas de diámetro a Alvan Clark para tener el mayor telescopio refractor de los Estados Unidos. Un encargo de esta envergadura no era tarea fácil para el pequeño taller que poseían y no fue hasta 1862 cuando estuvo terminado.  El 31 de enero de 1862 Alvan y su hijo estaban haciendo pruebas con la lente para detectar posibles imperfecciones y apuntaron a Sirio. En un principio vieron una pequeñísima estrella junto al brillo de la componente principal y pensaron que era un reflejo debido a alguna imperfección en el pulido de la lente, pero tras varias observaciones y pruebas, determinaron que sin duda alguna era una estrella real. Aquella fue la primera observación visual de Sirio B. Esta observación supuso una publicidad sin precedentes para los objetivos construidos por los Clark y los encargos se multiplicaron a partir de esa fecha consiguiendo algunos de los mejores de aquella época. La firma de los Clark venía avalada siempre por una calidad fuera de toda duda. Curiosamente, debido a la Guerra de Secesión, aquel objetivo acabó en el observatorio de Dearbon, continuando fundamentalmente con observaciones planetarias y de estrellas dobles.

La existencia de Sirio B se conocía desde 1844 cuando Bessel dedujo a partir de las oscilaciones en el movimiento propio de Sirio que debía tener una compañera invisible. Poco tiempo después (1851)  Christian Peters se atrevió a establecer un modelo orbital para aquella estrella invisible con un periodo orbital de 50 años, sorprende hoy día comprobar la precisión de aquellos cálculos.

¿Y cómo se descubrió la verdadera naturaleza de Sirio B? No fue hasta 1915 cuando se obtuvo el primer espectro de la estrella utilizando el telescopio reflector de 1,5 metros del Observatorio de Monte Wilson confirmando que era una débil estrella blanquecina. Debido a la distancia a la que se encuentra el  sistema (solo 8,6 años-luz) no podía ser otra cosa que una enana blanca, una de las primeras descubiertas.


La primera medición del diámetro de Sirio B fue realizada en 1959 desde el interferómetro  de intensidad estelar de Jodrell Bank, pero no fue hasta la llegada del telescopio espacial Hubble cuando en 2005 determinó que eran aproximadamente 12.000 km, muy parecido al diámetro de nuestro propio planeta  pero con una masa muy parecida a la solar, por lo que su densidad es altísima.

Actualmente y durante los próximos años tenemos un periodo inmejorable para intentar su observación directa a través de nuestros telescopios.  Acaba de pasar el apoastro (el punto más alejado en la órbita del sistema) y por lo tanto su separación es máxima, alejándola dentro de lo posible del intenso resplandor de Sirio A y facilitando de este modo su observación. La gran dificultad radica en la diferencia de magnitudes de ambas estrellas. Como bien sabemos, Sirio A es la estrella más brillante del cielo con una magnitud de -1,46 y Sirio B es de la 8,3. Esto significa que hay una diferencia de casi 10 magnitudes entre las dos y el deslumbramiento de la más débil es máximo.




Estas son las efemérides del sistema de Sirio para los próximos años. La distancia angular se mide en segundos de arco y el ángulo de posición (A.P.) en grados.

Año

Separación angular

A.P.

2025

11,26

59

2026

11,16

67,1

2027

11,03

55,2


A modo de ejemplo, y teniendo en cuenta las particularidades únicas de cada equipo, mediante un Celestron 11 y una cámara ZWO ASI 290 MM pude captarla usando una exposición de 67 milisegundos, una ganancia de 393 y una gamma de 82. Estos valores son los que usé en mi captura y solo pretenden ser orientativos. Como decía antes, cada equipo tiene sus propias limitaciones y debemos jugar con los parámetros de nuestra cámara hasta obtener la mejor imagen de Sirio B.


Y así es como se ve realmente en una observación en directo



No perdáis la oportunidad e intentadlo. Es un reto y una experiencia única que no olvidaremos jamás en nuestra vida.  Sirio en particular tiene una magia y una impronta realmente únicas que nos marcará para siempre ¡Suerte en la observación!

(Artículo aparecido en la revista Astronomía en enero del año 2019)


No hay comentarios:

Publicar un comentario