El confinamiento que todos sufrimos ha hecho que tengamos que disfrutar de cualquier evento astronómico desde la azotea, aunque sin lugar a dudas soy muy afortunado de tenerla y siempre que las nubes lo permiten, algo que cada vez es menos frecuente, arriba estoy intentando llegar a las estrellas.
Este pasado 28 de marzo pudimos disfrutar de una preciosa conjunción entre la Luna y Venus. Al caer la tarde la imagen era ya muy bonita. En esos momentos pasaron bastantes satélites Starlink que me hicieron comprender el desastre que se avecina para todos los fotógrafos del cielo.
Con la noche mucho más cerrado la visión era muchísimo más espectacular con una Luna aún más bonita por esa luz cenicienta.
La conjunción ocurrió en el mismo campo que las Pléyades y las Hyades. El campo era realmente precioso y a pesar de las nubes existentes me animé a colocar el objetivo de 50 mm para inmortalizar el momento. Son instantes mágicos que siempre permanecen en la memoria.